domingo, 31 de agosto de 2008

Nace un poema III

Lentamente se pone de pié y se trepa con cautela… Hasta llegar al borde filoso del depósito esquelético que alberga mis pensamientos. Y fluye, se pasea erguido sobre la blanca planicie que ahora lo acoge en su territorio.
Ya no me pertenece como antes. Será de los ojos que lo apresen y de las mentes que lo desmigajen hasta hacer el análisis más absurdo de aquello que salió de mí. Pero no me importa. No. Me tiene sin cuidado lo que las mentes encogidas piensen de mis escritos. Al fin de cuentas son míos y emergen desde lo más profundo de mis entrañas.
A veces… Disfrazo de letras mis más recónditas ideas, otras veces… Solo las dejo deambular en el estridente páramo de mi imaginación.

María Julieta Salusso

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