
Mis ojos capturan los esbozos que el destino caprichoso se encarga de trazar y mi mente desespera.
Entre mi tiempo y la nada, cruza el pálido reflejo de una vida inconclusa, que se funde en el eco de la frase que pronunciaste alguna vez; corriente sombría de silencio que nace de las ruinas de gritos olvidados y humedece las costas del mar de mi pasado.
El día y tu recuerdo, emergen de su lecho de sombras… y yo me ahogo en las aguas de mi propia nostalgia, para renacer mañana… junto al día y tu recuerdo.
María Julieta Salusso
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