
¿Qué cruel barrera determina el grado de sonoridad? ¿Con qué derecho las audaces ondas sonoras atentan contra mis sentidos?
El pensamiento se me vuelve eterno. Rebota una y mil veces en el interior de mi cerebro, enunciando claramente en su eco la incógnita de mis desvelos… ¿A qué lugar se dirigen los sonidos después de herir y abofetear a mi percepción acústica?
María Julieta Salusso
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